Sebastián Álvaro lidera una expedición a la Antártida que emulará la hazaña del explorador británico hace 100 años en las Georgias del Sur. La aventura de Shackelton y la tripulación del Endurance atrapada en el hielo constiutuye una de las aventuras más extraordinarias de la navegación, la aventura, la exploración y la geografía.(El País, 3 de octubre de 2013).
En 1914, pocos días antes de que estallase la I Guerra Mundial, el anglo-irlandés Shackleton zarpó junto a 26 hombres, a lomos del Endurance (en inglés, resistencia), hacia un territorio inhóspito. Su objetivo, llevar a cabo la única gran aventura que quedaba por cumplir después de su intento fallido por alcanzar el Polo Sur, junto a Scott, y de que el noruego Amundsen lograse la hazaña. Shackleton se propuso realizar la primera travesía de la Antártida. El desafío, una locura integrada en la carrera del hombre por completar el conocimiento geográfico del planeta, se tradujo meses después en una expedición infernal. La embarcación cayó prisionera de las placas de hielo y quedó reducido a astillas. El anticipo, a priori, de una muerte segura. Durante casi dos años, la expedición se limitó a sobrevivir en unas condiciones climatológicas y humanas deleznables hasta que un día Shackleton se embarcó en una chalupa, plantó cara al mar durante 1.000 kilómetros y tocó tierra. Tras caminar durante 36 horas y localizar un puerto de balleneros, regresó a por sus compañeros y los rescató. Todos regresaron con vida a Londres.