El 1° de mayo se conmemora en todo el mundo el Día Internacional del Trabajador en homenaje a los llamados Mártires de Chicago, grupo de sindicalistas anarquistas que fueron ejecutados en 1886.Las demandas de lostrabajadores se centraban en la reducción real de la jornada laboral a 8 horas, cuando lo "normal" era trabajar entre 12 y 16 horas. La protesta, llevada a cabo inicialmente por 80.000 trabajadores, pronto desembocó en una poderosa huelga nacional que afectó a numerosas fábricas de los Estados Unidos. La fuerza demostrada por los obreros en su reclamación marcó un antes y después en la historia de todos los trabajadores, instaurándose aquella fecha como el "Día del Trabajador". Sorprendentemente, en el mundo anglosajón, incluido EE.UU. y Canadá, no se celebra este día sino el Labour Day, el primer lunes de Septiembre.El entonces presidente americano, trasladó la celebración en septiembre por temor a que la fecha de mayo reforzase el movimiento socialista en los Estados Unidos desde 1882.
En la actualidad, y en este contexto de crisis económica y de perspectivas pesimistas acerca del futuro laboral, se hace más patente la necesidad de
unión y solidaridad en los movimientos sociales que denuncien lo que ya en determinados medios de información se recogía: la profunda brecha que se está produciendo entre las clases sociales en
los países de la OCDE, supuestamente los más desarrollados
del mundo -países que acaparan casi el 50% del P.I.B global del mundo-, según declaraciones de su secretario general José Ángel
Gurría, donde se hacía patente ya que el 1% más rico en
España acumula el 8% de las rentas totales del país. La creciente desigualdad empieza a ser
alarmante en ciertos países, como Estados Unidos, Reino Unido y Canadá, pero sorprende que en países con altos déficits públicos las medidas de austeridad estén creando brechas sociales tan
amplias como Portugal, y creciente en el caso de nuestro país, anulando el supuesto equilibrio social que debe regir un Estado socialmente democrático.